A raíz de diversas declaraciones de candidatas y candidatos presidenciales sobre medidas de «mano dura» en seguridad, Catalina Droppelmann y Pablo Carvacho publicaron una carta al director en La Tercera. En ella abordan el populismo penal, la ineficacia de las medidas a corto plazo para solucionar problemas complejos y lo atractiva que es la inseguridad como bandera política para ganar adherentes y votos.
«En tiempos de campaña, la seguridad se convierte en una bandera electoral irresistible. Los sectores populistas lo saben y han perfeccionado el arte de ofrecer soluciones simples a problemas complejos, explotando el miedo y prometiendo orden con, por ejemplo, cárceles en el desierto y la construcción de un enemigo que justifique la mano dura (…) Para lograrlo es necesario desmontar el mito de que el progresismo cultural conduciría automáticamente a la inestabilidad o al caos. En contextos donde hay desigualdad y exclusión, la seguridad por sí sola no garantiza una mejor convivencia”.