El director del Laboratorio UC Seguridad y Justicia, Pablo Carvacho, publicó la columna de opinión «Los presidenciables y la seguridad», en el diario La Segunda.
El reciente debate presidencial tuvo un énfasis claro en materia de seguridad: promesas punitivas, eslóganes efectistas y soluciones de alto impacto simbólico, pero de baja efectividad. Este tipo de discurso no solo es simplista, sino también riesgoso para las libertades y la democracia. Aunque, de paso, se mencionaron algunas medidas valiosas, la conversación terminó siendo una retahíla de recetas cortoplacistas y, a ratos, absurdas.
De lo bueno, poco, lamentablemente. La recuperación de barrios como política urbana integral; una fugaz mención a la rehabilitación; la prevención temprana que interviene antes de la comisión del delito; la atención al abandono escolar, una de las principales puertas de entrada a la exclusión; y, crucialmente, la persecución de la ruta del dinero del crimen organizado.
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