Encontrar trabajo es el mayor desafío en la reinserción de mujeres privadas de libertad

Encontrar trabajo es el mayor desafío en la reinserción de mujeres privadas de libertad

Resultados de primer informe hecho por las fundaciones San Carlos de Maipo, Colunga y la Universidad Católica sobre reinserción, desistimiento y reincidencia. 

Gendarmería ha informado reiteradas veces las precarias condiciones en las cárceles del país. Esa realidad golpea con más fuerza a la población carcelaria femenina -que representa el 9% del total- según revelan los resultados del primer estudio sobre «reinserción, desistimiento y reincidencia en mujeres privadas de libertad en Chile», que identifica y caracteriza los factores que inciden en la reinserción social de la mujer al salir de estos recintos.

Se trata de una investigación de las fundaciones San Carlos de Maipo y Colunga y el Centro de Justicia y Sociedad del Instituto de Sociología de la Universidad Católica.

El estudio fue aplicado a 225 mujeres que salieron de una cárcel. Durante un año se les hizo un seguimiento, se identificaron vulnerabilidades como baja escolaridad, desempleo, altas tasas de victimización y violencia, dependencia y abuso de drogas, y problemas de salud mental. Uno de los principales resultados que revela el estudio es que un 47% de las mujeres declaró haber vuelto a cometer un delito durante el año.

El análisis además resalta que encontrar un trabajo es uno de los mayores desafíos para poder reinsertarse en la sociedad. Pese a que 83,8% de las mujeres declaró importante encontrar trabajo al quedar en libertad, solo un 36% señaló haber tenido uno remunerado, al menos una vez en el año. De ese porcentaje, el 67% corresponde a un trabajo calificado como precario.

El 89% de las entrevistadas es mamá y 62% tiene hijos menores de 18 años. «No sólo cargan una historia de victimización y marginalidad, sino que, una vez que egresan de la cárcel, vuelven a un entorno carente de oportunidades para la inclusión social y chocan con un Estado que no cuenta con un modelo diferenciado que atienda a sus necesidades de inserción social», reflexiona Marcelo Sánchez, gerente general de Fundación San Carlos de Maipo.

Para la académica del Instituto de Sociología UC, Pilar Larroulet, estos datos «demuestran que pretender reducir la reincidencia con una receta estándar no sirve. Unas egresan de la cárcel decididas a dejar atrás el delito», pero según ella «necesitan ayuda justamente en esos factores que les permitirán evitar recaídas, como por ejemplo, trabajo y hogares estables. En contraste, hay otro grupo de mujeres que necesitan resolver otras necesidades primero, como consumo de drogas, inestabilidad residencial y pobreza extrema».

Catalina Droppelmann, directora del Centro Justicia y Sociedad UC, indica que estos resultados refuerzan «la necesidad de diversificar las intervenciones que existen. Esperamos que esta información sirva de base para la elaboración e implementación de programas».

El director ejecutivo de la Fundación Colunga, Arturo Celedón, dice que «se trata de una población invisibilizada, que tiene muchas otras implicaciones en otras problemáticas sociales que hay que trabajar, y donde la políticas que hoy hay son refractarias y superan las capacidades de los distintos actores involucrados».

El ministro de Justicia, Hernán Larraín, destaca la investigación, pues «aborda la reinserción con un sentido de enfoque de género, enfatizando en la realidad que viven las mujeres privadas de libertad», distinta a la de los hombres.

 

Publicado en: El Mercurio

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